Me llamo John: soy un niño y me sueño.
Todas las noches me sueño, John niño.
Tengo alas de blancas olas y solas en vaivén.
Mi vuelo es luciérnaga que avisa al vigilante,
avisa que paso, de paso saludo, de paso.
Todas las noches me sueño, John niño.
Tengo alas de blancas olas y solas en vaivén.
Mi vuelo es luciérnaga que avisa al vigilante,
avisa que paso, de paso saludo, de paso.
*****
Nada me estorba ni me enturbia;
la anciana negra me acoge y me regresa,
todavía niño y entero, casi ya hombre:
me entretengo con mis verbos caminos,
me recorro inquieto y me devuelvo dormido.
*****
Y... aunque sé volar, me aterran las nubes,
y... aunque sé quedarme, me despego y me lanzo
... ay, y me despierto... tan con ganas,
tan con tanto, tan contento. Grito y me rebelo.
Mi nombre es John, soy un niño, y me sueño,
siempre me sueño niño, niño John, niño.
Nada me estorba ni me enturbia;
la anciana negra me acoge y me regresa,
todavía niño y entero, casi ya hombre:
me entretengo con mis verbos caminos,
me recorro inquieto y me devuelvo dormido.
*****
Y... aunque sé volar, me aterran las nubes,
y... aunque sé quedarme, me despego y me lanzo
... ay, y me despierto... tan con ganas,
tan con tanto, tan contento. Grito y me rebelo.
Mi nombre es John, soy un niño, y me sueño,
siempre me sueño niño, niño John, niño.
[Éste que llamo John, mi ahijado Tres Jotas (Three Js), hijo de mi mejor amigo y aliado en la vida (también en la literatura), logró que recuperara mi fe en la VIDA. Su sonrisa contagiosa, sus ganas de ser y estar en el mundo, sus peculiares sueños dieron alas a estos sencillos y honestos versos. Va por ti, John, amigo mío.]
Sólo sabes tú decirlo, su manera,
ResponderEliminarmarcar el mapa blanco de lo no dicho
arrancar el prefijo vago de entredicho
y borrar su sombra con luz verdadera.
¡Qué maravilla de poesía!
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