Se ha confirmado la sentencia que obliga a pagar 420 euros a un señor que propinó (de "propina") una tremenda patada en los mismísimos a otro señor sin capacidad para responder, pues fue tal el dolor, que aprendió euskera a grito pelado, viendo la injusta agresión/invasión a su pudendo y sufrido pueblo genital sin venir a cuento (o a cuenta) de un paisa entusiasmado con el discurso del lehendakari vasco. En declaraciones a Fefe, el agresor expresó su asombro (también en vascuence) ante tamaña multa (210 euros por testículo).
- Con gusto y gratis, le hubiera yo arreado dos hostias en la cara ésa de "besabanderas". De saber que me iba a costar casi 500 euros, me calzo las botas de mi abuelo con remaches de acero en la punta, coño.
Desde distintos medios de comunicación se han intentado obtener algunas palabras del agredido, pero ante los insólitos hechos en tierras tan civilizadas, sólo pudo prorrumpir en lágrimas fecundas (al parecer, es lo único fecundo que le queda), acompañadas de un romántico grito de guerra: "Me cago en la libertad".